Mujeres y Literatura

Mujeres y Literatura

La importancia de leernos y reconocernos

Por Karina Ruiz V.

Hablar sobre la importancia de las mujeres escritoras pareciera un tema irrelevante en una sociedad que es atacada todos los días por la violencia, el crimen, la inestabilidad y todas las crisis que atravesamos, económicas, ambientales y hasta existenciales, es de aquí que surge la pregunta ¿por qué hablar de las mujeres en la literatura? En el siglo pasado Virginia Woolf lo dijo “En la mayor parte de la historia, Anónimo era una mujer.”

Las experiencias colectivas y personales de las mujeres se ven reflejadas en las obras literarias producidas por nosotras, es por medio de la cultura que podemos generar herramientas de cambio del ser social y a su vez líneas de acción concretas que puedan ser desarrolladas desde los diversos espacios públicos y políticos a partir del ejercicio de escucha y visibilización.

Los espacios colectivos culturales nos permiten analizar desde las diferentes realidades la diversidad de circunstancias a las que se enfrentan las mujeres. Es bien conocido que la cultura es un factor clave en el desarrollo sostenible y para asegurar el éxito del cambio social.

La cultura modela las identidades de las personas y refuerza la cohesión social. Crea puentes entre grupos y personas, crea paz y es un agente económico significativo.

Es la matriz de las personas y de la humanidad, y globalmente, el motor más potente de cambio e integración; es por ello que resultan a todas luces, una oportunidad de escucharnos a nosotras, las mujeres.

El nombrar estas realidades y reconocernos entre ellas, nos permite identificar los pendientes y los retos por cumplir. Generar ejercicios de diálogo literario entre nosotras y con los otros, nos permite un cambio del ser social para la prevención de la violencia contra las mujeres y niñas.

Pero nos enfrentamos ante una problemática ¿por qué se lee menos a las mujeres en México? Pareciera que la participación de las mujeres en la producción creativa abonaría a la solución de problemáticas que enfrentamos como sociedad, tales como el feminicidio, pero es aquí cuando nos enfrentamos ante una lógica patriarcal, en donde nos damos cuenta que las mujeres son menos publicadas que los hombres, las obras registradas en el ISBN: hasta 2018 no se conocían estas cifras y los resultados indican que de los 55.501 títulos inscritos, el 61,6% son de hombres y el 32,1% de mujeres (el 6,3% no consta). En cifras, ellos presentaron 34.183 obras y ellas 17.801. Una diferencia total de casi 20.000 obras.

En México, Según cifras de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANAIEM), en 2019 las editoriales lanzaron 1,444,280 publicaciones. Solo una quinta parte, 290,900, eran de mujeres.

También es cierto que según los datos oficiales del INEGI en el Módulo Sobre Lectura (MOLEC) 2022, nos arroja que, por sexo, los hombres declararon haber leído 4.2 libros en el último año, mientras que las mujeres leyeron 3.7 libros.

La racionalidad patriarcal ha buscado de manera histórica crear un sistema de exclusión hacia las mujeres utilizando todas las herramientas que les sean posibles, que durante décadas ha servido como principio de exclusión recluyendo a la mujer al espacio doméstico, y esto se ve reflejado en las cifras.

Cuando un hombre comienza a vivir en unión libre, se junta o se casa, gana 5 horas de tiempo libre (todos los días). Cuando una mujer comienza a vivir en unión libre, se junta o se casa, pierde 7.5 horas de tiempo libre (todos los días).

Las mujeres, es decir las madres, esposas, abuelas, hermanas y otras mujeres del círculo familiar dedicamos hasta 325.33% más energía y tiempo que los hombres a las labores domésticas, de crianza y de cuidado.

Eso que llamamos “amor” es, en realidad, el equivalente a un sueldo de $146,830 pesos anuales (salario mínimo).

Estos datos se pueden verificar en Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2016, Cuenta Satélite sobre “Trabajo No Remunerado de los Hogares” 2020, Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT) 2019 y la Cuenta Satélite sobre “Trabajo No Remunerado de los Hogares”.

Entendiendo lo anterior podemos darnos cuenta que las mujeres tenemos menos tiempo para leer y producir, por tanto, se refleja de manera clara que el porcentaje de lectura en las mujeres es menor, sumado a todo un esquema de invisibilización perpetrado por siglos.

Construir sociedades más justas, menos violentas y más equitativas es tarea de todos y todas, ser conscientes de las desigualdades y tomar acción para generar cambios es algo que podemos hacer, “Lo personal es político” – Kate Millet.

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